miércoles, 24 de septiembre de 2008

EL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO PRECOZ DEL TDAH AYUDA A PREVENIR EL CONSUMO DE DROGAS

El tratamiento farmacológico del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en la infancia previene el consumo de drogas en la adolescencia y la vida adulta. Así lo ha demostrado un metanálisis dirigido por Steve Wilens y publicado en las revistas Journal Clinical Psychiatry y Pediatrics.

Ésta es una de las cada vez más numerosas evidencias de la relación que existe entre TDAH y drogodependencia, aunque los estudios que se han hecho hasta ahora son de muestras pequeñas y se necesita uno más amplio para precisar su verdadero alcance. De hecho, ya está en ciernes, según ha anunciado Antoni Ramos, profesor asociado de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y coordinador del Programa de TDAH, dependiente del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario del Valle de Hebrón, en Barcelona.

Este servicio, que dirige Miquel Casas, ha organizado la primera Reunión Internacional de TDAH y Sustancias de Abuso, que ha contado con 130 asistentes, entre los que figuran psiquiatras -parte de ellos especializados en drogodependencias- y pediatras. La organización de esta cita guarda relación con las evidencias sobre TDAH y drogodependencias que han aparecido en los últimos años. Varios estudios, aunque de muestras pequeñas, han descubierto que el 20 por ciento de los pacientes que acuden a una consulta por problemas de drogas sufren TDAH. Otros trabajos, de Estados Unidos e igualmente de pocos pacientes, han alertado de la relación inversa: pacientes con TDAH que acaban consumiendo drogas.

Las sustancias que consumen con más frecuencia son, por orden creciente, alcohol, cocaína y cánnabis.

Este marco teórico, que asocia TDAH y drogadicción, propició la constitución en 2005 de la Internacional Collaboration of ADHD and Substance Disorder (Icasa), un consorcio internacional integrado por catorce países europeos y, en la actualidad, también por Estados Unidos y Australia, a través de la participación de ciudades como Nueva York, Sidney y Perth.

El consorcio está dirigido por el grupo holandés de Geurt Van Der Glind, del Instituto Trimbos, que sería el equivalente a un Instituto Nacional de Salud en Holanda. Este grupo es uno de los de mayor experiencia mundial en esta materia y también ha estado presente en la cita de Barcelona. El principal objetivo de Icasa es llevar a cabo un amplio estudio en 6.000 pacientes para determinar la verdadera prevalencia de afectados por TDAH y drogadicción desde ahora hasta el 2010. El grupo de Psiquiatría del Instituto Universitario del Valle de Hebrón participa en este proyecto. Gracias a éste se podrán despejar los posibles sesgos de los estudios previos -todos ellos de muestras pequeñas y precisar el impacto de esta patología dual en Europa, donde coexiste población de distintos orígenes culturales.

Otra finalidad de este estudio es descubrir los factores genéticos que influyen en la presencia de la drogadicción en pacientes con TDAH, ha informado Ramos. Y, en general, más allá de este proyecto, ha destacado que otro reto pendiente es realizar más ensayos clínicos sobre la evolución de la eficacia de los tratamientos farmacológicos y psicológicos en TDAH y drogadicciones para obtener conclusiones y poder aplicar intervenciones bien dirigidas.

La investigación en TDAH y drogodependencias se centra actualmente en el estudio de la combinación terapéutica de tratamientos farmacológicos y psicológicos para prevenir las recaídas del consumo de drogas.

Hoy, los pacientes con esta comorbilidad se tratan con tamoxetina y metilfenidato. La principal ventaja de este último tratamiento es su acción prolongada y que evita que los pacientes le den un mal uso (frente a los de acción corta). Además, en la actualidad se ensaya en fase III otro fármaco de acción prolongada. Se trata de modafinilo, por ahora sólo indicado en narcolepsia. La investigación sobre este fármaco se ha frenado un poco al relacionarse con el síndrome de Steven Johnson. Pero, pese a ello, sigue adelante y, según se ha visto en fase II, controla los síntomas de TDAH, tales como inatención, hiperactividad e impulsividad.

Fuente: diariomedico.com

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